De la incertidumbre a la confusión

Estamos en pleno otoño y las temperaturas son más altas de lo normal. El protagonismo en el mundo del comercio corresponde al sector de la alimentación, con un crecimiento desmedido del número de supermercados de las diferentes cadenas que operan en el territorio ahora cerca de casa, cercanía acompañada de una publicidad televisiva inusual y repetitiva de las ofertas y promociones, indicativo de la importancia que han adquirido de nuevo dentro de la renta familiar disponible los gastos comercializables destinados al sector alimentario, tanto para consumir en casa como fuera de casa y, todo como consecuencia de la inflación y del cambio de actitud de los ciudadanos. Por cierto, la primera, la inflación, a partir de julio vuelve a rebrotar.
Cuando no son los carburantes, es la electricidad, y siempre los productos alimenticios -aceite, azúcar, cereales, etc. En definitiva, el interanual del sector alimentario no baja del 10% y con la nueva guerra y la saquería las perspectivas no son buenas. Pese al crecimiento de los salarios –el 4%– de las afiliaciones a la seguridad social y de las pensiones. De todas formas, el consumo interno con la ayuda nada despreciable de los turistas internacionales, continúa a buen ritmo, la temporada de verano se alargó como nunca y, podríamos decir, con la boca pequeña, que es la demanda la que permite la oferta trasladar a precios de venta el incremento de precios, tanto de productos como de los costes de la actividad económica.
Respecto a la Eurozona, todavía tenemos un diferencial favorable del 1%, pero el IPC español va al alza y el resto de la Europa comunitaria iba a la baja. De todas formas, habrá que ver cuáles serán las consecuencias del conflicto de Oriente Medio en la pérdida de poder adquisitivo, pero muy especialmente, en el comportamiento del consumidor.

Como es lógico, el clima no ayuda al sector de la moda y tampoco al resto de sectores. La palabra supervivencia se hace muy repetitiva. Cabe decir que los grandes operadores cada vez lo son más y, los medios se ven obligados a incrementar los gastos estructurales para introducirse en el mundo digital y la omnicanalidad y todo para fidelizar al cliente, además de para moverlo, es un decir, habrá que realizar ofertas y promociones que afectarán directamente al margen comercial.
ANGED, la asociación de las grandes empresas, informa que el crecimiento de ventas del año pasado fue del 14,6%. Habría que descontar la inflación del 2022 para ver el crecimiento real.
Por otro lado, las plataformas digitales, mejor dicho, la plataforma digital del mundo on line, sigue ganando cuota de mercado y, en lo que se refiere al comercio on line en su país de origen, está acusada por la Presidenta de la Comisión Federal de Comercio y otros 17 estados federales. De muchas cosas, todas ellas relacionadas con la competencia desleal, la posición de dominio, la venta a pérdida, etc. y además de monopolio, el clic está introducido y muy bien aceptado por parte del consumidor y en una etapa inflacionaria, a la Administración ya le va bien, pues la competencia ayuda a la contención de los precios de venta y en definitiva al IPC .
Pero en determinados lugares, es decir, en ciudades importantes como París y Barcelona, ​​quieren y necesitan introducir cierto orden en la distribución urbana de paquetería a domicilio del ciudadano, comprador y consumidor por muchos motivos: por la ocupación del espacio público, para utilizar de forma irregular las zonas de carga y descarga para realizar la distribución en horarios poco convenientes y, también para eliminar determinadas tiendas consideradas como un bien cultural por la ciudad y por el país en general. Poner orden no significa prohibir, significa hacer frente a las externalidades negativas que toda innovación disruptiva genera, en este caso, al normal funcionamiento de una ciudad y de las actividades económicas terciarias que en ella se realizan y que son creadoras de riqueza y ocupación y, en muchos casos, son un referente que ayuda a diferenciarse del resto de ciudades del mundo. Recordemos que las exportaciones y el turismo internacional son, hoy por hoy, y tanto en España como en Cataluña, las bases del crecimiento del PIB, un PIB que según las Instituciones será de los mejores de la Eurozona y crecerá en 2023 un 2,4 % y 2,5% respectivamente.

En la captació del turisme internacional, el turisme urbà, el de ciutat, és fonamental. Però necessita ordre per la seva rendibilitat i sostenibilitat i, ordre vol dir gestió, i la gestió vol dir introducció de normes, per alguns son “puertas al campo“ que afecten a les activitats econòmiques relacionades amb el visitant ocasional i també les normes son per garantir la convivència ciutadana.

Res es fàcil, però cal fer-ho en defensa de l’interès general i per evitar l’abús de posició de domini entre moltes altres disfuncions.

La conjuntura actual en el món econòmic mundial és prou complicada. A més d’incertesa, ara entrem en una fase de confusió. Però entre les moltes preocupacions que ens afecten destacarem les següents: unes a nivell macro i geopolítiques i d’altres a nivell micró: deute de l’estat, dèficit públic, tipus d’interès, inflació, general i subjacent, pèrdua de poder adquisitiu, afiliacions a la seguretat social, atur, actitud del consumidor, competència i paper de l’Administració, sequera, guerra, marges, finançament del circulant, etc.

En definitiva, entrem en una etapa complicada i difícil, però el comerç, la distribució comercial i el retail continuaran sent protagonistes de l’activitat econòmica en el territori. I sempre les empreses amb ànima no poden obviar que cal compartir per competir. Som-hi.

Santi Pagés

Economista